25/7/10

20.000 leguas de viaje a la eternidad. (Pica, corazon, trebol, diamante)

Perdido entre la nada del río de la plata, deambula un buque del que solo unos pocos han escuchado hablar, algunos afortunados han podido ver, apenas unos cuantos han sabido su historia y ninguno jamas ha logrado salir de el.
Según cuentan las leyendas portuarias, este buque zarpa a las 14 horas y desaparece en la nada, para volver a aparecer de la misma manera a las 06.00 am.
Por fuera parece un navío común y corriente, pero aquello que hace increíble este relato, es justamente lo que ocurre dentro del mismo.
En el salón principal funcionan varias mesas de juego, donde día tras día, almas perdidas purgan tratando de saldar su deuda y poder salir del limbo lúdico en el que han caído embelesados en las mieles del azar.
Estos jugadores son personas que han muerto y su purgatorio es recuperar todo el dinero que han perdido en vida, armados con tan solo $100 en fichas que en caso de ser perdido se seguirá sumando a la ya abultada lista en rojo que tiene su alma en jaque.
Algunos están hace tanto tiempo allí dentro que ya ni recuerdan otra vida que no sea esa, otros llegaron hace poco y tienen el entusiasmo de un novato porque creen que la salvación de sus almas depende de ellos.
En la vereda de enfrente se encuentran los pagadores, seres que han sido víctimas de los mas horribles padecimientos en la vida y al morir deberán pasar una ultima prueba para lograr la iluminación total: su misión es evitar que ganen los condenados y lograr una recaudación cuyo saldo final sea el del número divino y secreto que solo ÉL es capaz de pronunciar, para poder así ser liberados de su castigo y premiados con un eterno verano en los campos elíseos, sin dolores ni sufrimientos en compañia de sus amados y amadas.
Así, entre ruletas que nunca pagan, mesas de Blackjack donde el 22 es el rey, dados malditos y música de ocasión, esta particular lucha entre desesperados, entre enemigos naturales, se vuelve cada día mas fuerte y a la vez mas tranquila, porque al anhelo le sucede la desesperación y el único final para un desesperado eterno es la resignación, resignación que muere al volverse costumbre.
Los días son duros, la desesperanza es moneda corriente y lo único que abunda en ese salón es el cigarrillo y el alcohol, los cuales no se acaban nunca y son el motor de la esperanza de los que ya lo han perdido todo. Por los pasillos entre mesa y mesa, melancolicos hablan solos sin parar, algunos repitiendo numeros, gritando datos, lamentando errores, otros, mas cerca de la locura, gesticulando a la nada, mirando perdidos las mesas y susurrando conjuros de comprobada ineficacia.
Yo se la historia porque conocí en vida a uno de ellos, jugador empedernido, adicto a la trampa, los naipes y el alcohol. Hace poco, en una noche de vigilia apareció ante mi lo que quedaba de su vapuleada alma.
Me contó su dolor, su padecimiento, su pesar y su cansancio, me dejó su historia como único legado, quizás porque es acaso la única cosa que podría dejarme, aquello que una mesa de juego nunca le podrá quitar.
A pesar de todo, espero que algún día el pueda cruzar el umbral de ese barco y no tener que volver a su salón nunca más.

6/5/10

De la Divinidad a la mortalidad, o como perder la llave de las puertas del Valhalla y no tener las Páginas Amarillas para llamar a un cerrajero...

La secuencia muestra implosiones, edificios demolidos y luces de neón que se apagan, mientras se sucede la secuencia, puede oirse una voz en off que, con una mezcla de resignación, nostalgia y angustia, dice mucho, enumera los errores propios y ajenos, errores forzados, otros generados, errores tontos y complejos . Corta la secuencia, Plano corto a Robert De Niro, quien tiene puestos unos lentes con un aumento exagerado, sin dejar de mirar fijo a la camara, da una larga calada a su cigarrillo y continua impasible, mirando fijo a la camara. Fundido a negro, musica, y en la pantalla se lee que la película fue dirigida por Scorsese y se sospecha que detras de su nombre una legión de nombres paulatinamente menos conocidos se sucederan unos con otros hasta que el logo de Kodak anuncie el fin del metraje. La frase mas notoria de esa secuencia decia: "teniamos el paraíso, pero lo arruinamos". Ella y yo tuvimos el paraíso, y cada uno a su manera lo arruinó, sin necesidad de una serpiente y sin miedo del fruto del pecado que tantas (y tan bellas) veces hemos comido y disfrutado juntos. Nosotros solitos lo arruinamos, nadie nos lo habia regalado, no hubo un Padre Divino ante el cual arrodillarnos. En el final no hubo violencia, tampoco dramatismo, hubo miradas, llantos, abrazos y silencios, silencios que hablaban mas que mil palabras, palabras que suavizaban lo que decian sin decir los silencios, ojos que esquivaban las miradas que antes se peleaban por cruzarse, y fuera de ella y fuera de mi, un paraíso que se derrumbaba ante la impotencia de ambos, que intentamos cerrarlo por reformas pero nunca nos alcanzo para la mano de obra, teniendo los materiales, teniendo las herramientas, pero sin la técnica, atamos con alambre lo que era una obra maestra y terminó siendo un barrio de emergencia, mas cerca de lo terrenal que de lo divino. Ella y yo vivimos la belleza, la locura y el amor, perdimos la cordura en una guerra de razones irracionales, escapando de la persecución que buscaba un abrazo pero lo pedía con un puñal, mirando de sozlayo el sueño justo, asi vivimos hasta que decidimos dejar de vivir y partir, cerrar definitivamente el paraíso que habíamos perdido hace mucho y morir envueltos en aquello que unió nuestras miradas alguna vez. NOTA: Estimados, sepan disculpar por la falta de humor y los problables errores del texto, el mismo no fué releido antes de subir, una total irresponsabilidad de la que me hago cargo totalmente, ya volverán post menos oscuros...Y a vos, gracias por la magia, estuvo bueno sentirse especial.

14/4/10

El día que Joe Pesci lloró

Desde muy chico tuve una facinación por Joe Pesci, no se como explicarlo, simplemente sucedió; cuando en el colegio nos juntabamos a jugar en los recreos, yo siempre quería ser Joe Pesci, decisión que llevó a varios inconvenientes: nadie en 2do grado tenia idea de quién era, todos optaban por personajes mas populares e incluso imaginarios, no faltaba el que queria ser Oliver Atom, Leon-O o Seiya, pero yo no, yo era Joe Pesci. Cuando jugabamos al futbol, todos eran Redondo, Francescoli, Gustavito Lopez y Maradona, pero yo, incorruptible, era Joe Pesci, de esta forma justificaba mi falta de motricidad y carencia de definición a la hora de mandar la bocha entre los tres palos, Joe Pesci era petiso, de piernas cortas y un tanto excedido de peso, asi que lo mío no era mas que un terrible apego al "physique du Role", pero claro, en segundo grado nadie sabía quien era Joe Pesci, menos iban a saber que significaba el afrancesado termino con el que justificaba mis falencias como centrohaz. Era un bicho raro, pero me gustaba en el fondo ser el distinto del grado, hasta que un dia todo cambio... En 3er grado entró un nuevo compañero, nunca me voy a olvidar de el, Matías Romulano, el si sabía quien era Joe Pesci. Feliz, quise entablar amistad con el fulano, pero de pronto, el peor de mis temores se hizo realidad; Matías no conocia a Joe por su fantastica actuación en "Goodfellas", mucho menos por su brillante performance en "Casino", para el, Joe Pesci era el malo de "Mi pobre angelito", asi que en los recreos, cuando Jugabamos, yo como siempre elegia a mi héroe Joe y el muy cabrón de Matías elegia ser Mackaulay Culkin. Nada grave, aparentemente, pero lo que ustedes no saben es que Matías llevaba su "Physique du role" tan al extremo como yo. Durante todo 3er grado fuí forzado a la ingesta de más de 17 frascos de plasticola, caminé sobre bolitas, baje escaleras prendido fuego y termine el 80 % de mis días cubierto de brea, hielo y cola de carpintero. Para el yo era el malo de "Mi pobre angelito" y el mi joven, valiente y jocoso verdugo. Angustiado, pasé todo el verano en mi casa planeando la venganza contra mi némesis, elucubrando algún plan en el cual yo pudiera ser vencedor, alquilé en el video club del barrio todas las películas en las que actuara Joe y tome nota de cada detalle importante, tranquilo, frío y calculador, como hubiera hecho Joe Pesci en mi lugar, decidí preparar mi golpe y llevarlo a cabo al comienzo del ciclolectivo. Dispuesto a concluir mi faena, aceche a mi presa como un experimentado cazador y me dispuse a dar el golpe en el momento mas indicado... Corría el mes de abril, un abril frío y lluvioso, cuando invité a Matthew (asi le decía su mamá) a mi casa. Nos sentamos en el living, despues de un par de horas jugando al Mortal Kombat 2 en el sega, le dije que tenía una película buenísima para ver juntos. La película era "Casino" con Robert de Niro, Sharon Stone y por supuesto, Joe Pesci. Terminó la película, me mantuve callado, observando, esperando su reacción, ya eran casi las 8 y media de la noche, la mamá de Matías pasaba a las 9 a buscarlo. Al mirarlo me di cuabta de que él había picado el anzuelo, yo más no podía hacer, solo debía esperar y esperar hasta que el reaccionara y decidiera enfrentar su destino. Al otro día concrete la fase 2 de mi venganza, 10: 30, suena la campana, era hora del recreo largo (el de 20 minutos, el otro era a las 11:45 y era de 10) nos pusimos a jugar como si nada, cada uno eligió su personaje, yo como siempre era Joe Pesci, varios chicos eligieron personajes de la tele al azar, y yo solo podía pensar en la elección de Matías, de esto dependía el exito o el fracaso de mi plan. Eligió como yo esperaba, no un actor, sinó un personaje, el era Sam "Ace" Rothstein (Robert de Niro en "Casino")lo cual provocó el desconcierto de todos mis compañeros ya que "Casino" definitivamente no era una película para ver a los 9 años. Salí corriendo al aula, a buscar mi mochila ya que en ella habia traido 3 cajas de morteros y dos bombas de estruendo que le había robado a mi hno mayor, al volver al patio, lo veo a Martín en un rincón, observandolo todo, frío, calculador, como solo "Ace" Rothstein lo haría, sus ojos se movían rapidamente a su alrededor y un gesto de autosatisfacción bastante inquietante cubría su mirada. Sin dejarme intimidar, decidí continuar mi plan, fui hasta el banco del patio y deposité la carga explosiva debajo del mismo, esperando al momento en el cual mi enemigo se preparara a disfrutar de la vianda cariñosamente preparada por su madre, que consistía en un pebete con jamón y queso, un yogurth con Zucaritas y una lata de Quatro limonada. Martín nunca se sentó en el banco, pero yo estaba mas apurado en prender la pirotecnia que en ver que hacía el, al recreo le quedaban menos de diez minutos y mi deber era prender una mecha lo suficientemente larga como para huir con elegancia del lugar y no quedar vinculado al accidente, como sin duda Joe Pesci hubiera hecho. Como les dije antes, prendi los fuegos y me fui, sin esperar a que mi victima se sentara, consecuencia: el banco voló por el aire y se partió al medio, la directora nos junto a todos en el patio y nos dió un sermón que desencadenó una pezquiza general mochila por mochila en busca del alumno terrorista. Obviamente ni la maestra ni la directora descubrieron que la explosión del banco fué obra mia, pero pude ver en los ojos de Martín que el sabía, asi como el vió en los míos que yo sabía y los dos supimos con solo mirarnos que sabíamos que el otro sabía que uno sabía lo que el otro sabía. Era la guerra. No voy a aburrirlos con detalles acerca de nuestra guerra escolar, simplemente voy a llevarlos al mes de Diciembre, donde se llevó a cabo el acto final de esta cómica tragedia o tragica comedia, voy a llevarlos al 6 de diciembre, el día en que deje de ser un niño para convertirme en el hombre que debía ser, o mejor dicho, el que quería ser, o sea: Joe Pesci. Última semana de clases, poca actividad y horas de relleno, bajo el pesado calor de Diciembre. Desde hacía ya algunos dia, Martín se iba en los recreos y volvia bastante sucio al aula a la hora en que sonaba la campana. Desde el incidente del banco, no volvimos a dirigirnos la palabra, aunque era mas que evidente que los dos sabíamos que el otro sabia que... bueno, creo que se entendió esa parte, la cuestión fue que ambos sabíamos que pronto se iba a desencadenar la batalla final, lo que yo no sabía es que ese día se llevaría a cabo. Al sonar la campana, salgo al patio para disfrutar del amable sol de la media mañana, cuando desde el fondo de la canchita de futbol empiezo a escuchar un canturreo que decía: "Olele, olala, Joe Pesci se la come, de Niro se la da" seguido de sendos bises de dicha (y pegajosa, aclaro mal que me pese) frase. Alertado por el impío verso, me acerco al fondo de la canchita, lugar de la horrible chalada. Al llegar me encuentro con un pozo ancho y bastante grande, cuando me asomo a ver me encuentro con un Walkman sony que reproducia un casette con la grabación y antes de que pueda reaccionar, una patada en el medio de la espalda me manda derechito al medio del pozo. Era Martin, sonriente y euforico, con el sol sobre su espalda como Aquiles antes de acabar con la vida de Hector, me dedica una larga mirada y comienza a preparar las manos para cubrir mi humanidad con tierra y sepultarme vivo como a Joe Pesci en "Casino" Telon negro, oscuridad, fin... hasta aca llegaba mi loco fanatismo por un tanito de un metro cincuenta y una pesima dicción. Cuando nada parecía evitar mi final y yo ya me encontraba a punto de resignarme a morir como mi héroe, tuve una visión, nitida y clara que emergió de entre la seca oscuridad que me estaba cubriendo, era el, ni mas ni menos: Joe Pesci, quien me mira, se saca el escarbadiente de la boca y me dice: "Ia madafaca, ya arrr mei, nat Nicky, so get yur ass aut of dat greiv or aill quic yur madafaca fase bich". Como mi colegio no era bilingüe, no entendí nada de lo que Joe decía, asi que solamente cerré mis ojos y sali del pozo con toda la dignidad que uno puede mantener después de ser cubierto con dos kilos de abono y tierra, miré a los ojos a Matías y le dije: -el juego lo gané yo. Vos eras Ace, no de Niro, y a Ace le ponen una bomba en el coche, yo, en cambio, no soy Nicky, soy Joe Pesci, a mi no me podes matar porque Joe Pesci sigue vivo, no murío- y sin poder contener las lagrimas agregué- y el día que Joe Pesci muera vivirá por siempre en nuestros corazones, los ídolos como el no mueren, simplemente se van de gira. Conmovido por mi discurso, Matías arrojó la pala y se lanzo en mis brazos en busca de un abrazo fraternal, de un saludo de dos rivales, como el abrazo de Riquelme y Aimar antes del Boca River. Pero el no sabía que Joe Pesci no se rendía jamas... luego de abrazarlo le tendí una zancadilla y le di un palazo en el medio de la espalda, desde el suelo, Matías me miraba dolorido, aturdido y un poco desconsertado, entonces busque en mi bolsillo, saqué un escarbadiente, torcí una mueca en mi rostro y sin saber muy bien como, articulé las siguientes palabras: "sii madafaca? iu dont jave tu feac güit mi, amm Joe Pesci biatch, an you arr nasing, Next taim ailll faquin quillyuu" Al año siguiente no volví a ver a Matías ni a nadie, como no pude explicar porque estaba cubierto de tierra, deschos y abono y porqué habia golpeado a un compañero, fui expulsado del colegio y mis padres me enviaron a otro, donde nadie sabía quien era Joe Pesci...

9/3/10

La locura y la pasión del poeta que se creía Ismael Serrano*

Allá cerca y hace poco, por los recovecos del barrio de Retiro, deambulaba el Poeta que se creía Ismael Serrano. Aquellos que han tenido contacto con el afirman que el susodicho era capaz de incluir en una misma cuarteta las palabras "elonga" y "vernáculo" sin caer en rimas vulgares y dejando además una conmovedora reflexión sobre las divisiones de clases en la China Pre- Maoista Dicen los avistadores de este peculiar ser que solía vestir pantalones pinzados, tiradores y camisas sin corbata arremangadas hasta los codos. También dicen que regalaba frases y poesias incomprensibles a todo aquel que estuviera dispuesto a escucharlo, sin pedir nada a cambio. La única persona que sabia la triste y oscura historia del Poeta que se creía Ismael Serrano era el kiosquero Julito, propietario de un pequeño y poco higiénico polirrubro en la calle Reconquista. Julito dijo conocer al Poeta desde antes de su tragedia, cuando era una persona común y corriente... El era un hombre normal, hasta que un día se enamoró, y no hace falta ser poeta ni Ismael Serrano para saber que a partir del momento en que una persona se enamora deja de ser normal para cometer actos propios de un loco, un irracional. El Poeta no era correspondido por su musa, asi que lloro noche tras noche en su habitación, envuelto en la melancolía de un enamorado solitario, hasta que un día, en la estación de subte de la plaza San Martín, un viejo le dijo que el tenía la solución para su pena, que lo ayudaría a conquistar a su enamorada, pero le advirtió que una vez que aceptara el trato, ya no habría vuelta atras. Asi fue como para los ojos de su enamorada, el Poeta se transformó en Ismael Serrano y ella se enamoró perdidamente de el. Todo era maravilloso, el la amaba con locura y ella a el, el le dedicó canciones, poemas, sonetos y cuartetas, ella creia que Ismael Serrano la amaba y a el no le importaba que ella pensara que el era quien no era, nunca en su vida se habia sentido asi de feliz, asi que si tenía que ser Ismael Serrano, el lo sería. Ella murió, murió en sus brazos, en una noche confusa. Estaba enferma de una enfermedad incurable, por eso dio todo para vivir sus ultimos dias de felicidad junto a su amado Poeta. A partir de ese dia el dejo de hablar con sus amigos, con su familia y comenzó a deambular por retiro, dejando poesias a quien quiera escucharlo, incapaz de librarse del conjuro, ahora viste y actúa como Ismael Serrano, y en su locura olvido la muerte de su amada y se dedica a buscarla por las angostas calles del microcentro. Si algún dia lo encuentran en las calles de Retiro, no lo eludan, escuchen la poesía del hombre que todo lo dió por amor, tal vez de esa manera pueda romperse su conjuro y su alma pueda ser libre de encontrarse con su amada y verse tal cual son. *Dedicado a Damian, y a su busqueda eterna de la verdad y el amor

25/2/10

El amor en los tiempos del Dengue.

Ezeiza 4:23 am, sala de espera, casi 4 horas de demora en todas las partidas de vuelos nacionales e internacionales, en Argentina y en casi todo el mundo ha surgido un fuerte brote de Dengue (según campañas oficiales, una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes Aegipty cuyo único método de prevención es vaciar los baldes de agua y embadurnarse en todo tipo de unguentos espantamosquitos) En la sala de espera ya se habian disipado las primeras broncas, la mayoría de los pasajeros optaron por resignarse y empezar a consumir cafe y mirar perfumes en el free shop, otros en cambio, se encerraron en sus equipos celulares y formaron fortalezas mentales construidas en mp3; algunos pocos aprovecharon la conexion wi-fi para mostrar su descontento (y tambien chapear con que tenían notebooks) en diversas redes sociales, con resultados bastante discretos. Dentro de este mix de valijas, bolsos y tecnología, se encontraron Él y Ella. Por un capricho del autor, ninguno de ellos sera bautizado, no es un intento de emulación barato a cantantes latinos que listan cosas en sus canciones, nada de eso, es una forma de que los protagonistas de esta historia sean dos personas anónimas, Él y Ella pueden ser cualquiera de nosotros, y eso es lo mágico, que el que léa esto sienta que puede vivir una historia de amor en el medio de la sala de espera de Ezeiza, mientras se banca que la aerolinea le pida disculpas y lo invite a aguardar que se solucionen los inconvenientes. Él estaba cansado y ansioso, con ganas de fumar, caminando un largo pasillo que lo llevara a un pequeño patio abierto donde varias personas en fila miraban hacia la nada mientras calaban sus cigarrillos, Ella no encontraba su encendedor y empezo a buscar fuego. De todos los desconocidos que estaban fumando en ese patio, le pidió fuego a Él. Al principio la suerte no lo acompañó, como pasa casi siempre, el encendedor descartable no funcionó, tras varios intentos, apenas unas ligeras chispas salian de el, Ella, impaciente, le agradeció de todos modos y amagó a irse a buscar otra persona que le pueda dar fuego. Él, astuto, le ofreció prenderlo con la ceniza de su cigarrillo. Al principio Ella se mostró reacia, pues le parecía medio vulgar prenderlo con otro cigarrillo, ademas de que este tipo de prácticas requieren una habilidad que no todo el mundo suele tener. Poco convencida, Ella aceptó y prendió su cigarrillo, aunque no sin esfuerzo. Luego de intercambiar los clásicos agradecimientos, comentarios sobre la falta de seriedad de la aerolinea y lo complicado del brote de dengue, comenzaron a charlar ya que los dos estaban maldormidos, algo malhumorados y necesitaban distraerse de la situación. Él era uno de esos tipos que compran la weekend y salen a pescar una vez por mes, tienen todo tipo de carpas, cañas y redes y saben armar una mediomundo con una bolsa del mercado y una caña de bambú. Ella era esa clase de gente que es el estereotipo perfecto del lugar donde nació, si hubiera nacido en Italia seria Super Mario, si hubiese nacido en Fuerte Apache sería Carlos Tevez. Nació en Pilar, en la cuna de una familia acomodada, tenia entre 25 y 30 años, había recorrido bastante el mundo y hablaba con un acento fastidioso, mezcla de gangoso con Colin Farrel borracho. Él viajaba a Lanzarote, en Islas Canarias, a olvidarse de su vida, de que lo hecharon del trabajo, de su novia que lo dejó hace un año y a la que aún se refería como su novia y a pescar ejemplares exoticos, sacar fotos y dormir en la playa. Ella iba a Ibiza a olvidarse de un ex novio y bailar entre bares de oxigeno, line´s up de primera clase y bebidas exoticas. Él hablo de su colección de Smith and Wesson, Ella pensó que el se refería a una pareja de Dj´s, animada, Ella hablo de que esperaba llegar para ver a Groove Armada, y el entedió que ella hablaba de una muestra sobre la guerra civil Española, y asi, sin entenderse, creyeron estar hablando el mismo idioma. Ezeiza 11:16 Am El Altoparlante anuncia la regularización de los vuelos, quedando el publico a disposición de viajar o no, recordando los riesgos de viajar y los estrictos controles de migración para evitar un mayor brote de la epidemia. Los dos se van, nunca mas vuelven a verse y Él lamenta no haberle preguntado a Ella cual era sunombre. Ella lamenta no haber vencido el miedo de invitarle un café a ese hombre tímido pero seductor. Pasaron las vacaciones, los dos hicieron lo que tenian planeado con mayor o menor éxito, de todos modos eso no hace a la historia, sino este relato debería llamarse : "las vacaciones de Él y Ella en los tiempos del Dengue", o algo asi... Aprendieron a olvidarse, pero era dificil, porque lo mas dificil es olvidar aquello que nunca pasó, es imposible saber que hubiera sido si Él se animaba a proponerle algo, si Ella cambiaba su pasaje, si Él le pedia el telefono... Nada de eso pasó, y justamente por eso su amor vivió por siempre, porque no se realizó, porque no sufrieron el desengaño, la traición ni el olvido, en esa madrugada todo fué perfecto, esa madrugada los dos fueron perfectos, el uno para el otro, y fue todo lo que importó, se amaron hasta el ultimo dia de sus vidas, jamás intentaron buscarse, ni a ellos ni en otras personas, tampoco vivieron una vida infeliz, cada uno a su manera siguió con su vida, sin olvidarse jamas de ese amor que fué y que no fué, que viveron y cultivaron callados, idealizando a esa persona con la que nada tenían en común, algo que por suerte, nunca se enteraron.
Todas y cada una de las entradas del blog son producto de la debil condicion mental del/los miembros del staff, dependiendo de la medicacion ingerida en el dia, los miembros pueden ser uno o miles, si este texto perdio todo tipo de simpleza, imaginate ahora que vamos a dejar de usar los espacios para que el texto parezca dicho a los pedos como los locutores de la radio que en las publicidades hablan rapidito porque el segundo es caro, mira:todoslosnombresysituacionesmencionadasenatuviejalegusta.blogspot.com
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