Es violada por el cuco y ahora esta embarazada, pero el muy taimado se borró

Marcela Cúneo era una joven de 28 años de esas que son autosuficientes y realizadas, desde siempre se manejó por si sola y jamás dependió de nadie, se recibió de contadora a los 21 años y consiguió un trabajo en una multinacional donde no paró hasta llegar a un cargo gerencial (lease, se revolcó hasta con el portero) Marcela se mudó sola a un piso en Belgrano hace ya 5 años, y debido a la libertad que le daba la soledad, comenzó a dormir desnuda, pensando que nada le podria pasar bajo la seguridad de su hogar, pero aún no sabía lo grave de su error. Un martes cualquiera de un mes cualquiera, Marcela termino de cenar, vió un capítulo de Sex & The City y se acostó en su somier importado cubierto con finas sábanas de algodón egipcio, dispuesta a concluir un nuevo y exitoso dia de su no menos exitosa y realizada vida, cuando todo cambió: a las 4 am, sintió que algo se metia en su cama y la tomaba por la cintura, acariciando su cuerpo hasta que de pronto comenzó a darle macanazos y macanazos a un ritmo casi frenético. Entredormida, Marcela penso que se trataba de Peralta, el encargado de limpieza de la empresa de quien guardaba un muy grato recuerdo, pero gigante fue su sorpresa al ver que el ser que le estaba pegando el pesto de su vida era ni mas ni menos que la mitológica figura del Cuco. Si, el Cuco, el mismo que asustó a tantos niños, le estaba enterrando el sodape con una calidad y una virilidad impensadas. Al otro dia, Marcela se despertó contenta, casi feliz,aunque levemente confundida, quizas el vino de la cena le generó un sueño muy real, o fue todo producto de su imaginación, una mala pasada de su cerebro maltratado por tantas planillas de Excel. La noche siguiente, Marcela se perfumó, se maquilló y se metió en la cama, esperando a su amante invisible... no apareció esa noche, ni tampoco las noches siguientes, jamas volvió a sentir el calor y la pasión de ese fugaz encuentro. Con el tiempo, comenzó a olvidarse del asunto y a continuar con su agitada y cosmopolita vida de mujer independiente, hasta que un día, un chequeo medico producto de varias descomposturas le confirmó que estaba embarazada, embarazada y del Cuco. Tras 9 meses terriblemente dramáticos, Marcela dió a luz un varón, al que llamó Marcelo (era contadora, no licenciada en Marketing) y desde ese dia esta esperando que su pequeño retoño cumpla 7 años para que empiece a temer a la oscuridad, y quien sabe, tal vez una madrugada tormentosa de invierno, conozca a su padre y porque no, pase por el cuarto de mamá asi le da otro alegrón como aquella vez.